Junto con reconocer el buen trabajo que los equipos están realizando en esta materia, la autoridad destacó su contribución en revertir la tendencia a la caída en el número de trasplantes en el país y agregó que la expectativa es superar las cifras históricas registradas en 2017. “Nos hemos propuesto como desafío que es que a fines de este año, nosotros tengamos una cifra de trasplante superior a la del año 2017, que fue el récord histórico de trasplante en Chile, llegando a una tasa de 10 por millón de habitantes”, afirmó.

En la oportunidad, el secretario de Estado compartió los avances que se están desarrollando para el fortalecimiento del sistema de trasplante y destacó que el Ministerio se encuentra el establecimiento de un acuerdo con la FACH para que cuenten con un avión disponible en tierra, con tripulación, para el traslado de los equipos de trasplante y procuramiento.

Además, destacó la elaboración de una indicación a ley que incentiva la donación y trasplante de órganos, para que la voluntad de los donantes sea reconocida como un derecho por ley. “La expresión de voluntad de ser donante o no haberse inscrito en el registro de no donantes, significa que la persona ha dejado un testamento vital y que esa voluntad se transforma en exigencia, es un derecho”, explicó el ministro Mañalich, quien también agregó que dicha indicación buscaría reconocer también el derecho del receptor para que se le den las máximas posibilidades de ser trasplantado.

Por otra parte, la autoridad insistió que se enviará una circular a todos los centros privados y públicos, para que el aviso de potenciales donantes se genere oportunamente, de modo que los equipos puedan activar la logística asociada al proceso de procuramiento y trasplante de órganos. Esto, con el objetivo de refrendar lo que está estipulado en la legislación que establece la obligación de dar cuenta ante la presencia de un potencial donante.

En este sentido, el ministro explicó que un potencial donante es alguien que, bajo determinadas condiciones, es probable que llegue a una situación de muerte cerebral. Sin embargo, “el primer problema que tenemos es que en realidad muchas de las llamadas de alerta que ustedes reciben como coordinadores para un potencial donante ocurre cuando la muerte cerebral ya ha ocurrido”.